27 oct 2009

Nuevamente Casanova

Para todos aquellos que me dan sus comentarios por medio de mail o alguna red social, les dejo nuevamente "Casanova". Si bien, no es uno de los más largos que he escrito, si ha sido el que más me felicitan y me piden nuevamente.

Los dejo para que se deleiten una vez más:


El taxi me dejó a un par de cuadras, entré y mi cuerpo empezó a temblar, Damián estaba ahí, lo miré desde lejos, quedamos en vernos a las 10:00 p.m. Poco a poco me acerqué, el llevaba un traje color negro, zapatos relucientes y una loción que se percibía a lo lejos, todas las chicas del bar lo observaban y cada vez que una de ellas se levantaba para ir al tocador, no apartaban el flirteo, seguía caminando y entre más cerca me encontraba de él, los nervios se iban apoderando por completo de todo mi cuerpo.

-Hola, buenas noches- me temblaba la voz,
-Hola, esta noche estas maravillosamente exquisita- dijo con una voz seductora -te parece si tomamos algo antes de marcharnos?
-Claro, una margarita por favor-
-Sírvame lo mismo de hace un rato- le dijo al cantinero.

Después de unos tragos, salimos de ahí, los nervios ya se habían disipado por aquellas margaritas que tomé... El valet parking le entregó las llaves del auto y caballerosamente abrió la puerta de mi lado, me ayudó a subir...

Manejó hasta su departamento, dejó el auto en la entrada y su valet lo llevó al estacionamiento; mientras tanto nosotros nos dirigíamos al elevador, me tomaba de la mano y me miraba firmemente,

-Estás muy linda, no aguardo el momento de hacerte mía...-

Llegamos a su departamento, piso 11, el último del complejo... Puerta de madera, al abrirla muy elegante, espacioso,

-¿Quieres algo de tomar?- preguntó él,
-Si, un tequila por favor.
-Permíteme tu abrigo, pasa y siéntate, ponte cómoda-

Lo que más me sorprendió fue ver aquel librero de pared a pared, libros de cualquier clase y tipo, incluyendo libros de cuentos para niños, ¿por qué tenía libros para niños?, no lo sé, y tampoco es lo que me importa en este momento...

-Aquí tienes, como te gusta, puesto con limón y sal.
-Gracias, me conoces lo suficiente.
-Te analizo y te observo siempre, como hoy, tu escote me parece excitante
-¿Por qué lo haces? ¿Acaso sabes algo que yo no sepa?
-Si pero por el momento lo único que se, es que quiero ser parte de ti...

Me tomó por el cuello y me besó con la intensidad que nunca nadie lo había hecho, recorrió cada parte de mi cara, sus manos empezaron a tocar mi cuerpo, tan delicadamente que éste ya no pudo poner objeción alguna a los hechos... Tocó mis senos, mi vientre, mis piernas. Hizo un maravilloso trabajo en mi vulva, su lengua rodeándome todos y cada uno de los lugares a los que podía llegar, parecía saber exactamente lo que deseaba me hiciera en ese momento, tocó mi clítoris con mucha pasión y en cuanto lo hizo, lo quería tener dentro de mí, y así fue… En ese preciso momento me penetró, ambos estábamos demasiado extasiados para poder decir palabra alguna, gemidos, suspiros y la respiración agitada fue el resultado de la excitación que ambos sentíamos, y por fin el momento deseado, el orgasmo, ambos llegamos al mismo tiempo, sentí como se venía dentro de mí, y el sintió como llegaba yo a ese punto que toda mujer se siente satisfecha cuando llega…

Pasó un momento y estábamos abrazados, el encendió un cigarrillo, me ofreció,

-¿Sabes? Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto un momento como este- dijo aún agitado, todavía,
-¿Se puede saber la razón, o seguirás tan misterioso como siempre?
-La razón es porque durante este tiempo que hemos salido, no he estado con nadie más, sabes que soy un casanova nato, sin embargo, cada vez que estoy contigo me pasa algo distinto, no pienso en nadie más, mi mundo se bloquea, no lo sabes, pero tengo que decirte que te amo y que por fin encontré la parte que me faltaba, hoy cuando llegaste al bar, te vi y baje la mirada hacia mi copa, entraste con tu abrigo, tan indiferente, tan segura de ti misma, sin esa preocupación de coquetear con nadie más, y cuando por fin llegaste donde estaba y te quitaste el abrigo, me sorprendí tanto de verte, estabas realmente bella –aún lo sigues estando-, pero ver tu escote, sin presumir tus senos y sin darte cuenta que todos te miraban al cruzar la pierna… Por eso es que bajaba la mirada, pensaba en que momento decírtelo…
-¿Acaso me estás proponiendo que seamos pareja? – yo no sabía que hacer, ese hombre tan frío que siempre me coqueteaba y que nunca me invitó a su casa hasta después de un año de salir, el que nunca me besó, sino hasta hoy, ¿me proponía ser su pareja?
-Así es – ahora el nerviosismo salía de su voz y su cuerpo- quiero que vengas a vivir conmigo y te quedes para siempre…
-De acuerdo, solo tengo una condición.
- ¿Cual?
-Quiero que todas y cada una de las noches que pasemos juntos, me hagas el amor como lo has hecho ahora.
-Eso dalo por hecho…


Y para los que han pedido una segunda parte, lamento mucho decepcionarlos, saben que no soy partidaria de ellas...

Luna